l Monasterio de Yuste es conocido sobre todo por ser la última morada del Emperador Carlos V, el lugar que eligió para descansar y meditar tras un reinado lleno de guerras y conflictos políticos y religiosos.
Carlos V decidió abdicar en favor de su hijo, Felipe II, y se trasladó a la comarca de La Vera a finales de 1556.
Residió en el Monasterio de Yuste desde principios de 1557 hasta su muerte, a finales de 1558.
El monasterio tuvo su origen en un pequeño monasterio o cenobio construido en 1407 y en el que vivían inicialmente unos pocos ermitaños. Con el paso del tiempo fue aumentando el número de monjes, que finalmente se acogieron a la Orden de San Jerónimo. El edificio original sufrió numerosas reformas, inicialmente para ampliar las diferentes dependencias de los monjes y posteriormente para construir la casa palacio que serviría de residencia al emperador.
A comienzos del siglo XIX, durante la invasión francesa, el Monasterio de Yuste fue abandonado por los monjes Jerónimos y sufrió numerosos daños. Con la desamortización de Mendizábal se subastó el edificio y fue utilizado para tareas agrícolas y ganaderas. El estado de abandono continuó prácticamente hasta mediados del siglo XX.
En 1931 es declarado Monumento Histórico Artístico y en 1949 comenzaron las labores de rehabilitación, intentando respetar en la medida de lo posible la estructura original de los edificios. Unos años más tarde vuelve la Orden de San Jerónimo
Dentro del conjunto arquitectónico del Monasterio de Yuste destacan:
-La iglesia del siglo XV, del gótico tardío, con algunas reformas renacentistas
-El claustro gótico, de finales del siglo XV
-El claustro nuevo (plateresco), del siglo XVI, de estilo renacentista
-Diferentes estancias y salas monacales
-La casa- palacio de Carlos V
-Los jardines y el estanque, diseñados para el emperador
El recorrido nos lleva por diferentes estancias, aunque no se visitan todas las dependencias del monasterio (por ejemplo las que ocupan los monjes en la actualidad). En muchas de las salas hay exposiciones de pintura o esculturas relacionadas con la época en que vivió Carlos V.
Iglesia del Monasterio de Yuste
Se trata de un edificio sencillo, de estilo gótico tardío, construida en el siglo XV junto con el claustro gótico. En la fachada occidental se pueden ver elementos renacentistas posteriores, del siglo XVI.
Su estructura se basa en una única nave, con bóveda de crucería estrellada.
En la entrada, en un piso superior, está situado el coro.
El retablo del altar mayor es obra del escultor Antonio de Segura, por encargo de Felipe II.
Claustro Gótico
Es el más antiguo, y se construyó en la misma época que la iglesia que se conserva actualmente.
Es un claustro rectangular, de dos pisos. Los arcos son muy amplios y se asientan sobre pilares cilíndricos.
El patio interior tiene en la actualidad un jardín con una fuente en el centro.
El claustro servía de punto de acceso a todas las dependencias del monasterio, incluyendo las celdas de los monjes, que se encontraban en el piso superior.
Claustro Plateresco
El claustro Nuevo (o Plateresco) es de estilo renacentista. Es más amplio y luminoso que el claustro gótico.
Tiene dos pisos. En el piso inferior los arcos son de medio punto, mientras que en el piso superior son arcos rebajados.
Los arcos se apoyan sobre columnas renacentistas con capiteles ornamentados con diferentes emblemas y escudos.
El patio tiene un jardín muy bien cuidado en el que crecen algunos cipreses. En el centro del patio hay una fuente de piedra.
Casa palacio de Carlos V
Es un edificio muy sencillo, de planta rectangular, construido en ladrillo y mampostería fundamentalmente, y sin apenas elementos decorativos. Está adosado a la parte sur de la estructura de la iglesia.
El palacio tiene dos plantas principales, cada una de ellas con cuatro habitaciones separadas por un corredor.
Al piso superior, donde se encontraban las habitaciones del monarca, se podía acceder por medio de una gran rampa situada al oeste, lo que permitía al emperador llegar directamente a caballo dado su deteriorado estado de salud.
Esa planta tenía dos habitaciones interiores (la alcoba del emperador y una sala auxiliar) y dos habitaciones exteriores que daban a los jardines, que se utilizaban como comedor y sala para audiencias. Todas las estancias eran muy sobrias, con una decoración muy sencilla
La alcoba se diseñó de tal forma que el monarca podía seguir la misa desde su cama, sin necesidad de bajar hasta la iglesia.
Los jardines del palacio fueron diseñados para asemejarse a los que tenía la casa natal del monarca en Gante.
El agua era uno de los protagonistas, con el estanque principal que se conserva en la actualidad y probablemente otros pequeños estanques alrededor del palacio.
Estos jardines no sólo tenían un carácter ornamental, sino que además servían como huertos de verduras, plantas medicinales y árboles frutales.